El proyecto propuso la creación de una reserva – acuario de especies acuáticas autóctonas, compuesta por peces, moluscos, crustáceos y plantas acuáticas del embalse de la Represa Hidroeléctrica de Rincón de Baygorria, sobre el Río Negro. Este lago se encuentra amenazado por distintos factores como ser la presencia de especies no autóctonas (esturiones, carpas, etc.), algas tóxicas y procesos de eutrofización.
El proyecto pretendió consolidar la horticultura orgánica y el uso de la energía solar en las familias de los barrios Las Piedras, Las Laminas y Cuareim, contribuyendo a mejorar la alimentación y la calidad de vida de sus habitantes en condiciones socio económicas muy vulnerables. Se llevaraon a cabo actividades de sensibilización acerca de los beneficios de la producción orgánica, capacitación para la producción de hortalizas, elaboración de comidas para su consumo o venta local, técnicas para mejorar la productividad, y construcción de artefactos solares para uso doméstico.
El proyecto permitió la preservación de 30 variedades de semillas nativas y criollas. Se apoyó también la consolidación de una red de productores orgánicos y de un banco vivo de semillas nativas y criollas de la flora indígena (hortícolas y cereales), jerarquizando las que están con mayor peligro de extinción y contribuyendo a la protección de la agrobiodiversidad in situ.
El proyecto permitió el desarrollo de la producción de frutales nativos bajo agricultura orgánica, trabajando en toda la cadena productiva para la multiplicación en mediana escala de variedades de frutales nativos. En particular, se instaló la infraestructura para la producción de plantines de arazá (psidium cattleianum) y guayabo del país (feijoa sellowiana) en una chacra orgánica en la localidad de Pando.
El proyecto contribuyó a mejorar la calidad de vida y el aprovechamiento de los recursos naturales en las zonas con potencial de turismo ecológico en: Laureles/ Lunarejo, Arerunguá, Tres Cruces y Valle Edén (Departamentos de Tacuarembó, Salto y Rivera). Para ello, se buscó la incorporación de prácticas integrales de manejo agroecológico (con un diseño predial acorde a las características ecológicas y productivas específicas, basado en principios de sustentabilidad) aplicadas en cuatro predios “faros”, de carácter demostrativo hacia otros predios familiares de la zona.
El proyecto contribuye a mejorar la estabilidad ambiental de los sistemas de producción de 20 pequeños productores familiares de la zona de Sauce, aumentando la diversidad genética de los cultivos por la incorporación de materiales genéticos de poblaciones locales adaptadas, en base a la creación de un banco de semillas que garantiza el acceso a las mismas.
El proyecto buscó establecer diseños agroecologicos de espacios integrados biodiversos, que sirvan como espacios de rescate, selección y reproducción de recursos genéticos locales con potencial de desarrollo local endogeno (frutas nativas, especies con valor medicinal, especies nativas maderables) en 5 predios de pequeños productores locales, cerrados y protegidos del pastoreo, ubicados en el cinturón de amortiguación del área protegida Quebrada de los Cuervos.
El proyecto trabajó con 20 familias de pequeños productores familiares de los alrededores de la ciudad de Treinta y Tres, vinculados al Plan de Soberanía Alimentaria de la Intendencia Municipal de Treinta y Tres (IMTT).
Las pesquerías de camarones utilizan como arte de pesca una red de arrastre de fondo con baja selectividad, lo que genera la captura incidental de otras especies, llegando incluso a ser mayor que la captura de la especie objetivo y generando un impacto negativo en las poblaciones de éstas especies.
El proyecto propuso la realización de prospecciones de materiales genéticos de árboles nativos frutales del sur del Uruguay, con la finalidad de su conservación, estudio y posible comercalización de sus frutos. Se realizó la prospección de materiales en los departamentos del sur del país (Canelones, Montevideo, San José, Maldonado) y Tacuarembó (Pitangas).