Los integrantes del Rotary Club de San Gregorio reflexionan sobre el trabajo realizado en su localidad con el proyecto PPD: “Recreación de un monte nativo”.

El equipo técnico del PPD realizó una jornada de evaluación participativa con el grupo. Durante el encuentro, se llevó a cabo una dinámica en la que cada integrante del proyecto, en forma individual, debía expresar en una palabra cómo había sido su experiencia; qué le había dejado la implementación del proyecto, entre otros aspectos. Posteriormente, de forma colectiva se realizó un intercambio acerca de los aprendizajes, logros y dificultades que se tuvieron a partir del trabajo de más de un año. 

“Encontré un lugar donde desarrollar algo que siempre me interesó”

Motivación, emoción, compañerismo, entusiasmo, todas palabras que surgieron —y se repitieron— por parte de los integrantes del grupo, que refieren claramente a los sentimientos que experimentaron durante el proceso vivido en la implementación del proyecto, en el que cada persona encontró su lugar.

Muchos fueron los logros señalados durante el intercambio; el apoyo por parte de numerosas instituciones y vecinos que fue fundamental para alcanzar los objetivos del proyecto. El compromiso y la responsabilidad del equipo, quienes sintieron que tenían «la camiseta puesta» y ejemplificaron con su dedicación para enfrentar la sequía y mantener los árboles con vida, lo que requirió muchas horas de trabajo transportando agua y regando las áreas intervenidas. Sin duda, esto da cuenta del sentimiento de pertenencia al grupo y a la propuesta que se fue generando durante el proyecto.

El amplio alcance logrado a nivel comunitario fue otro de los aspectos más destacados. El proyecto se extendió gracias a la importante participación de vecinos y vecinas en las charlas y talleres organizados. Estas actividades les brindaron la posibilidad de adquirir conocimientos no sólo sobre la flora nativa, sino también sobre la historia de San Gregorio y de su paisaje en el pasado. Un rol importante en la difusión y continuidad de actividades luego de la finalización del proyecto, lo están cumpliendo las maestras, que siguen trabajando con niños y niñas en la temática. Entre los aspectos más gratificantes estuvo el entusiasmo y fervor demostrado por los alumnos con discapacidades, quienes encontraron un espacio en el proyecto para participar activamente.

“Ya estamos soñando hacia adelante”

Por otra parte, la red de cerca de cien Clubes de Rotarios de todo el país, actuó como una caja de resonancia. Con motivo del Día del Medio Ambiente, organizaron una charla vía Zoom, con la presencia de integrantes de más de 60 clubes, quienes manifestaron mucho interés en replicar la experiencia.

El proyecto no solo tuvo un impacto presente, sino que también generó una proyección hacia el futuro. Los integrantes ya están soñando y planeando nuevas iniciativas para seguir avanzando. En resumen, la experiencia fue enriquecedora a nivel individual y grupal, dejando un legado de colaboración, conocimiento, motivación y sentido de pertenencia en la comunidad.