Rincón de Franquía: un ejemplo de conservación comunitaria de la biodiversidad en Uruguay

Conoce la historia de la primera Área Natural Protegida de nuestro país co-gestionada por vecinos organizados.

Era el año 2004 y Fernando Lapitz, productor de caña de azúcar y comerciante de Bella Unión, aficionado al avistamiento de aves, se entusiasmaba con la idea de llevar un curso a Bella Unión para aprender más sobre el asunto. Consigue el apoyo de la Junta Local y la concurrencia de alrededor de 30 personas.

Las presentaciones teóricas se hicieron en el salón de la Junta Local y la práctica en el vértice norte del Departamento de Artigas, la zona de la triple frontera que limita con Brasil y Argentina, a 7 km de Bella Unión.

En casi media hora pudieron observar al menos 30 especies de aves en un paisaje exuberante que envuelve la zona más tropical de Uruguay. Gabriel Rocha, especialista en aves a cargo del curso, les advirtió a los vecinos del tesoro que tenían allí.

Momento germinal

Fernando y otros participantes del curso quedaron entusiasmados con aquel descubrimiento, pero también preocupados con las amenazas que acechaban ese lugar. La tala indiscriminada del bosque nativo, los vertidos de basura que crecían rápidamente, así como el impacto del sobrepastoreo que ponían en riesgo un ecosistema cada vez más frágil.

Quisieron buscar la manera de proteger ese espacio natural y, para eso, trabajaron en la creación de un Área Natural Protegida.

El 9 de junio de 2005 en el Club Náutico de Bella Unión, sucedió algo inédito, el presidente de la República junto a sus ministros recibía a vecinos y organizaciones para escuchar sus planteos. El grupo de personas que empujaba la idea de un Área Protegida en Franquía no perdió la oportunidad y se reunió con Mariano Arana, Ministro de Vivienda Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de la época para hacerle llegar de primera mano dicha propuesta. La idea interesó, pero les sugirieron que hicieran todos los pasos correspondientes.

Así fue que llevaron su propuesta primero a la Junta Local (aún no habían sido creados los Municipios), y luego a la Junta Departamental donde el proyecto fue declarado de interés Departamental por unanimidad.

El PPD entra en escena

El entusiasmo crecía en aquel grupo de vecinos impulsores de la idea. Entre ellos estaba Daniel Macías, uno de los integrantes del grupo, que participó del curso de aves y que se encontraba realizando una maestría de gestión ambiental, vecino que hasta hoy trabaja junto a los compañeros de aquellos comienzos en la conservación de esta zona. Daniel nos comentó que luego de contar con las voluntades políticas se encontraron con una primera barrera respecto a su objetivo:

“Teníamos voluntad política, pero no teníamos fondos, nos veíamos atados de pies y de manos. Ahí cae un vecino y nos dice que hay un llamado del Programa de Pequeñas Donaciones y me parece que lo que ustedes quieren se ajusta perfectamente a ese llamado. Nos presentamos, fue seleccionado el proyecto y empezamos a andar.”

El grupo armaba así su primer proyecto para gestionar fondos de forma autónoma y, de a poco, se convertía en una organización que llamaron GruPAmA: Grupo para la Protección Ambiental Activa.

Proyecto: «Creación de un Área Protegida y un Parque lineal en la zona de Franquía de Bella Unión»

El proyecto consistió en la creación de un área natural protegida, en la zona de la desembocadura del Río Cuareim, para la conservación de los recursos naturales, el disfrute del entorno y la promoción de la educación ambiental. El proyecto permitió la construcción de un mirador de aves y el desarrollo de acciones de restauración de las áreas costeras más degradas, ubicadas sobre el Río Uruguay, creando un parque lineal que fue reforestado con especies nativas. Asimismo, se creó un centro de interpretación y se definieron cinco senderos autoguiados. Con los fondos del PPD se implementó también un servicio de guardaparques que fue fundamental y que después de la finalización del proyecto pasó a estar a cargo de la Intendencia de Artigas.

Ver proyecto

Luego lograron un hito sumamente importante para la historia del departamento y para la conservación ambiental en nuestro país: co-gestionar el área junto con el gobierno local, generando la primera experiencia uruguaya de conservación comunitaria de la biodiversidad, algo a lo que el Programa de Pequeñas Donaciones (PPD) apuesta en todos los países del mundo en los que se encuentra.

«Esto fue por el año 2007 y allí empezó todo, porque con ese proyecto se hizo el Área donde nosotros pretendíamos proteger y conservar. Rincón de Franquía es casi todo terreno fiscal, entonces le propusimos a la Intendencia y a la Junta Local hacer una co-administración del área y llevar adelante todas esas acciones de forma conjunta. El hecho de estar el PPD y el PNUD apoyándonos, nos dio un aval importante para hacer esa gestión ya que éramos un grupo nuevo, sin mucha experiencia, estábamos empezando. Logramos que la intendencia nos apoyara. Aceptó hacer una cogestión del área, se formó un comité honorario de administración del área y, a partir de ahí, empezaron las acciones.

Por otro lado, con los fondos del PPD se hicieron convenios con la UdelaR y con Aves Uruguay y se empezó a hacer un estudio científico para ver si el Área tenía o no méritos ecológicos. Había gente que tenía dudas y nosotros también, en el fondo no sabíamos si era el entusiasmo y ese cariño por la zona o si en realidad tenía mérito ecológico. Se hizo un relevamiento de flora, de fauna, de mamíferos, de anfibios, que confirmó estos méritos y también un relevamiento socioeconómico del área lo que dio un aval social porque el 85 % de los vecinos estaban de acuerdo en crear un área natural protegida.»

«Se hizo una propuesta de delimitación del Área y también se empezó a poner en valor. Se hizo lo que nosotros llamamos el “Mangrullo de la triple frontera” que era una construcción sencilla, rústica, un mirador alto, pero quedó como símbolo del área. También se hizo cartelería, todo eso se fue haciendo con los fondos PPD y esto fue la base para lograr más adelante, en el año 2011, que el SNAP tomara la propuesta ya formal de crear una área natural protegida y que ingresará como novena área protegida al SNAP en el 2013.»

Daniel afirma que la creación del Área Protegida contribuyó además a instalar en la población de Bella Unión la idea que tienen un patrimonio natural muy importante y que además puede ser una fuente de trabajo para las personas que quieran dedicarse al sector de turismo de naturaleza y los servicios que el turismo requiere, y sobre todo a sentir que esa Área Protegida es parte de ellos y de Bella Unión.

Destaca el apoyo del PPD en el acompañamiento para el crecimiento colectivo de la propuesta, respetando el proceso que nacía desde la comunidad local.

Crecer desde el pie

«Para nosotros también fue importante el proyecto como grupo. Primero, por el respeto a lo local, o sea, nadie venía a imponernos nada. Nadie venía a decir: nosotros ponemos los fondos y queremos que se haga así, sino que se respetaba muchísimo lo local. Se fortaleció el grupo, incluso nos dieron apoyo en cierto momento para fortalecerlo, para tratar de ampliarlo, de crecer y eso fue muy importante.»

Ya hace 14 años que se firmó el convenio con la Intendencia de Artigas y que GruPAmA comenzó a trabajar en la co-gestión del Área. A partir del 2013, recibe el apoyo del Ministerio de Turismo, para fortalecer su propuesta ecoturística, pasando a integrar el Corredor de los Pájaros Pintados
Hoy, el grupo está enfocado en preservar y restaurar la biodiversidad de esta zona.

«La biodiversidad aparte de ser linda tiene importancia por los servicios ecosistémicos que presta. El tener los montes ribereños en buenas condiciones nos posibilita no sólo que sea el hábitat de la fauna, sino también nos posibilita cuidar el agua de los ríos. Es una barrera con la erosión, permite también ser un buffer para las inundaciones, hasta da el polen para los apicultores. En fin, podríamos hacer una lista larguísima de servicios ecosistémicos, es importante tenerlos presente cuando estamos pensando en conservar, mejorar y restaurar la biodiversidad.»

El sueño de atravesar fronteras.

Hay camino recorrido y futuro por recorrer, el grupo sigue muy activo, tienen sueños y proyectos por los cuales continuarán comprometiéndose y trabajando.

«Uno de los sueños que tenemos es el Corredor Biológico Trinacional, unir lo que es Rincón de Franquía con lo que es el Parque Estadual del Espinilho (Brasil) y también con una posible Área a crearse en la desembocadura del Río Miriñay, del lado argentino, con lo cual estamos trabajando en lo que es el movimiento transfronterizo de ONG ambientalistas y tratando de armar ese corredor biológico trinacional para que le dé mayor jerarquía al Área, que permita una conservación en una superficie mayor, que permita también mejorar una posible oferta de ecoturismo. Todo esto es posible porque arrancamos un día, porque tuvimos el apoyo del PPD y todo su prestigio atrás dando una mano.»

UP