Este proyecto se enmarcó dentro de un proceso generado a partir de un conflicto ambiental.
La llegada a los habitantes de la Cuenca fue factor clave para identificar la escasa, confusa e incluso ausente información sobre las medidas cautelares impuestas por el Gobierno de Canelones.
A partir de los talleres participativos, la comunidad de la CLC dio voz a sus necesidades y visiones a partir de las medidas cautelares. Estas prioridades fueron presentadas y quedaron reflejadas en el Mapa estratégico.
Las instancias de taller, también permitieron reunir a vecinos que no se conocían, estableciendo así nuevos vínculos que fortalecen el desarrollo social de la zona.
El Mapa Estratégico elaborado marca un rumbo de trabajo para la CLC que incorpora necesidades sociales, productivas y ambientales. En estas líneas se fue generando un compromiso de acción en Política Pública y las Organizaciones referentes.
A partir de la identificación de una necesidad para la CLC, presentada en el Mapa Estratégico, se llevó adelante una propuesta piloto de ecosaneamiento.
La construcción participativa del ecosaneamiento permitió dar herramientas a quienes formaron parte para construir saneamientos alternativos en sus predios, además de transmitir conocimiento para replicar en otros lugares.