«La lucha por el cuidado del medio ambiente es una tarea de todos; hombres, mujeres y niños. Pero el rol de la mujer es fundamental por la perseverancia y la paciencia que las caracteriza. También, por esa capacidad de guiar, sobre todo, por el rol de la mujer; porque son quienes mayoritariamente están al lado de los niños y eso hace justamente que esa influencia vaya llevando a que futuras generaciones se sensibilicen frente al tema del medio ambiente y los cuidados que requiere.

Si los niños, si estas futuras generaciones son correctamente sensibilizadas y se logra el objetivo, el impacto ambiental a futuro dará un balance positivo.

Creo que las mujeres tienen ese valor diferencial de perseverancia y paciencia y eso es lo que puede llevar a generar un impacto positivo en el cuidado del medio ambiente»

«En lo personal, considero que las mujeres cumplen un rol fundamental en el cuidado del ambiente y está demostrado. Son las guardianas de los lugares donde viven. Conocen las propiedades que tienen muchas de las especies que ahí se desarrollan. Nosotros desde el MGAP hemos realizado talleres de farmacia en casa, todo con cosas que se pueden encontrar en el ambiente, de bosque nativo. Muchas de las mujeres rurales producen mermeladas, dulces, productos de cosmética, diferentes cosas a partir de lo nativo y creo que por ello son tan conscientes de su cuidado y su preservación. Son motores que movilizan a todos los demás en su entorno a preservar y cuidar.

Acá en el proyecto del Club han sido las que más se han movido en la plantación y el riego de las especies. También tienen desde hace mucho tiempo ganas de hacer un vivero de bosque y plantas nativas porque en esta zona no hay, incluso con muchos jóvenes involucrados. En todo lo que es enseñanza ambiental de generación en generación son vitales para ese rol.»

Vemos un incremento en el rol de mujeres como protagonistas de estas propuestas. Ya sea en roles de liderazgo o autoconvocándose, por ejemplo: docentes o profesoras del liceo que arman jornadas de limpieza y llevan un montón de chiquilines y chiquilinas a limpiar las playas o el bosque acá en Durazno. O el Departamento de Desarrollo y Medio Ambiente de la Intendencia liderado por dos mujeres. Nosotras desde nuestro lugar de la academia, llevamos adelante este proyecto… Empezamos a ver un cambio de roles, teniendo a las mujeres como protagonistas. 

También en este proceso que hemos ido descubriendo de Brota Monte, hemos visto en el intercambio los conocimientos diferenciados que hay de las mujeres respecto de lo que es su entorno, tanto sea natural o ambiental como su entorno social. Muchas veces con otras sensibilidades. Estos conocimientos colaboran y se articulan en las acciones que ellas generan, aumentando la resiliencia de estos entornos.

También lo vemos como un apoyo de manera diferenciada de las mujeres en las iniciativas que están relacionadas a la conservación de la biodiversidad y muchas veces esto tiene que ver con que sus medios de vida, sus recursos dependen en gran parte de los funcionamientos de los ecosistemas para su sobrevivencia o como forma de vida. Además otra diferencia que vemos en mujeres con estas interacciones a diario de los ecosistemas. Interacciones de lo más variadas. La naturaleza como un lugar de sanación, como un lugar de encuentro consigo misma. Lugares de enseñanza, de aprendizaje, no solo visto de conservarlo por el conocimiento asociado a elaboración de medicina o productos naturales, recetas, cocina sino  como del autocuidado del sistema preservado.

Para quienes vivimos en el medio rural; en nuestros hogares, educamos hijos y nietos, demostrando con hechos el cuidado del medio ambiente, cultivando alimentos orgánicos en la huerta, cuidando el agua que usamos, separando la basura que se junta en el hogar.
Valor diferencial, podría ser la paciencia, para hacer todo eso, demostrar con buenos hábitos, y nos gusta hacerlo en familia.