En la peor crisis que ha vivido el sector turístico a nivel global, el ecoturismo se erige como una alternativa saludable y segura.
Sin duda el sector turístico es uno de los más afectados por las consecuencias generadas a partir de la pandemia que atravesamos. La reducción de la movilidad de personas y las medidas de distanciamiento social que llevan a la restricción de aforos o cierre de ciertas actividades han impactado fuertemente en la vida de trabajadores y empresas del sector. En este contexto, las propuestas al aire libre en espacios abiertos y naturales han sido las más buscadas, jerarquizando al ecoturismo como una opción segura.
Silvia Fellosa y Darío Fros, son referentes en dos propuestas de ecoturismo que han sido apoyadas por PPD Uruguay. Con ellos conversamos para conocer cómo ha impactado la pandemia en el desarrollo de sus actividades.
Darío Fros, es guía de naturaleza, productor rural y emprendedor turístico en Laureles, Tacuarembó. Entre 2006 y 2008 participó del proyecto: Centro de visitantes, productores y ambiente, apoyado por PPD Uruguay.
Según nos dijo, está convencido de que el ecoturismo en Uruguay ha tenido un crecimiento significativo en los últimos 2 años anteriores a la pandemia y que, a pesar de esta nueva situación que golpea fuertemente al sector, se abren oportunidades para las propuestas vinculadas al turismo de naturaleza.
«Lo que puedo comentarles es que cuando empezamos el proyecto diez años atrás, tú buscabas una agencia de viajes para que trajera gente al norte o a estos lugares y era golpear en puertas donde no había nadie y, en 2019, muchas agencias comenzaron a llamar, a buscar recorridos en Laureles, en las quebradas y a partir de ahí, la demanda creció. Ya en abril de 2019 comenzamos a tener las reservas colmadas.
Si a nivel departamental y nacional ponen un énfasis en el ecoturismo y dan una mano en todo lo que no podemos conseguir solos, se crecería aún más. En Laureles, se logró mucho, pero necesitamos de caminería porque nuestro acceso es bastante complejo. Si las instituciones se comprometen, esto crece y genera trabajo para mucha gente joven que quiere quedarse en el campo».
«Esta zona del Uruguay estaba siendo muy visitada porque la gente buscaba las quebradas. Tuvimos que hacer un mantenimiento para que los senderos no se deterioren, pero seguimos trabajando con mucho éxito.
Durante un tiempo, el coronavirus cortó el trabajo. Estuvimos unos meses parados y arrancamos nuevamente en junio de 2020 con algún grupo, gente que quería conocer el lugar. Venían tanto a Laureles como al Valle del Lunarejo y las reservas se colmaron.
Después, tomamos unas pequeñas vacaciones a fin de año y en enero de 2021 retomamos el trabajo, pero con grupos reducidos para mayor seguridad.
Tenemos seis lugares que estamos visitando de los senderos que fueron diseñados y armados en la época del proyecto PPD y que han tenido un impacto interesante en nosotros, en la comunidad que nació, en la seguridad que está dando para los visitantes”
Silvia Fellosa es guía de naturaleza y fue parte del proyecto Sendero turístico La Yeguada en Nuevo Berlín, apoyado por PPD Uruguay en 2013.
Nos contaba lo difícil que ha sido brindar el servicio en estos tiempos.
«Las Áreas Protegidas están cerradas y nosotros en Nuevo Berlín estamos dentro del área de amortiguación, entonces adoptamos la misma disposición. Por este motivo, no hemos estado recibiendo turistas».
«Prácticamente estuvimos parados todo el año y, ahora, continuamos parados. Tenemos muchas consultas y en este mes han sido más. La gente ha llegado a un tope. Necesita naturaleza, aire puro y busca estos lugares. Si estuviéramos abiertos, tendríamos mucho trabajo. Creo que también influye que las fronteras están cerradas y por eso las personas que antes salían al exterior, hoy están buscando destinos en el Uruguay».
Pero a pesar que en este contexto existe mayor avidez de las personas por acercarse a este tipo de propuestas, la profundización de los efectos de la pandemia les impide desempeñar su trabajo con normalidad.
«Se nos ha hecho muy difícil porque se ha prolongado demasiado. Esta segunda etapa, en la que han recrudecido los casos, lo hace más difícil. Y estamos totalmente parados, tanto el Sendero La Yeguada como la visita a los apiarios en las islas.»
Silvia y Darío con sus testimonios nos dan la pauta que a pesar del complejo escenario que se plantea para el sector actualmente, podemos percibir señales muy positivas de resiliencia en las propuestas vinculadas al ecoturismo en Uruguay.